Últimamente me he dedicado a salir un poco más del armario filosófico, si alguien se ha dado cuenta he puesto mi foto en más sitios y he empezado a dejarme relacionar más con lo que me apasiona.
La barrera que me mantenía a mi sitio era la falsa impresión de prepotencia que pudiera dar hacia otros, pero al final solo tuve que meditar un poco sobre esto para llegar a la conclusión de que me importa un pito lo que piensen los demás, todo el mundo debería ser transparente, y por supuesto poner cara a su trabajo si le apetece.
A raíz de esto me han surgido muchas conversaciones con conocidos, y algunas otras con desconocidos a través de mensajes y emails, sobre un tema que parece dar muchas complicaciones mientras está disfrazado pero que se esfuma rápidamente cuando se desvela; la frustración.
Creo que es un tema importante, pues cuando me he desvelado como una persona de utilidad para solucionarlo, ha sido la prioridad de muchas personas.
Dichos problemas, en resumen, han venido a quedar así, los enumero por si a alguien puede verse identificado en una de estas situaciones:
- La vida no me da lo que quiero
- La vida no me da lo mismo que a otro
- La vida no me da lo que me merezco
Realmente estos problemas, y algunos similares, se resumen en uno:
- La vida no me da lo que quiero
Y pensando en que “la vida” o “nuestra vida” hace referencia a la forma en la que nos manifestamos en nuestra realidad, podríamos decir que es algo nuestro, mi vida soy yo, por lo que el problema quedaría así:
- Yo no tengo lo que quiero
Y si damos por supuesto que solemos pretender cosas que queremos, vamos a resumir el problema:
- Yo no tengo…
Si lo pensamos por un momento ¿No es ésto lo que hay detrás de todos los problemas? ¿Puedes hacer crecer tus problemas actuales desde esta raíz?
Yo no tengo dinero, yo no tengo salud, yo no tengo tiempo, yo no tengo la posibilidad de hacer que mis padres no mueran, yo no tengo la posibilidad de vivir eternamente, yo no tengo la solución para arreglar la crisis… cualquier cosa que nos pueda perturbar puede venir de la falta de algo para notros mismos, para otro u otros.
Para profundizar en esto necesitamos tener en cuenta dos conceptos:
Expectativa: Suposición basada en el futuro, basada en lo que deseamos o en lo que pueda ser lo más normal que pase.
Frustración: Respuesta emocional relacionada con la decepción, que surge del incumplimiento de una voluntad, o expectativa, personal.
Si hemos tenido la expectativa, o incluso la esperanza, de poder tener lo que no podemos tener, alcanzaremos frustración, e incluso si pensamos en las posibles soluciones para un problema y no tenemos la mas mínima posibilidad de alcanzarlas, alcanzaremos un sentimiento de frustración.
Entonces, cuando un problema persiste… ¿Dónde se haya la solución? ¿Hay alternativas a la frustración?
Hay problemas que tienen solución, y que se alcanzan de una u otra manera. La manera en que se alcanza la solución a un problema es incierta, única para cada situación, y en pocas ocasiones podremos encontrar alguien o algo que nos la aporte sin más, cada uno enfrente los problemas de la manera que buenamente puede y sabe, pero ¿Qué pasa con esos problemas que persisten y que son fuente de constante frustración?
1- El sentido de justicia
Tras filosofar (con ayuda) sobre este tema, una de las pocas cosas que puede acabar con el sentimiento de frustración es el sentimiento de justicia.
El ejemplo ha sido: Un asesino puede sentirse preocupado y frustrado por no tener libertad, pero si acepta su pena como justa, dicho problema desaparece.
Sentir que la situación que tenemos es justa puede hacer que dejemos de percibir el problema como tal, y hará que lo empecemos a percibir como un hecho, y que sea un punto de partida hacia otra etapa.
Habrá situaciones en las que pareza imposible pensar que una situación “es justa”, pero este pensamiento está relacionado a un nivel superior con pensar que la situación simplemente “es”, con lo que llegamos a la situación de abrazar el problema, aceptarlo. Podemos pensar que “ha sido determinado”, o pensar que “ha sido” y punto, depende de nuestras creencias.
En todo caso estamos hablando de un estado de ánimo imperturbable por cualquier problema ya que los aceptamos y abrazamos como algo inamovible, estamos hablando de estoicismo.
2- El desapego
Propio del budismo, ante el problema de “Yo no tengo…” le vamos a quitar el “no tengo…” porque no tengo especial apego por nada, igualmente como el estoicismo se acepta la vida tal como es, y además, se desvela la necesidad y el deseo como una gran fuente de problemas, y nos quedamos solamente con el “Yo”, que finalmente es tomado como una ilusión a la que tampoco hay que tenerle apego.
El ejemplo ha sido: Puedo sentirme frustrado por el problema de no tener el poder adquisitivo que tiene el resto de mi círculo social, pero si le dejo de dar al dinero una importancia que no tiene, el problema desaparece.
Tal como estamos hablando en este artículo, podríamos decir que la ausencia del deseo de cosas nos va a ahorrar el sufrimiento de la frustración.
No desear más de lo que tienes, no desear lo del otro, no desear lo que no puedes tener, incluso no sentirte atado a lo que tienes conseguirá que no haya problemas, no habrá sufrimiento.
Como nota final solamente querría decir que es una reflexión sobre problemas concretos de los que he ido hablando últimamente, la pretensión no es hacer un compendio que pueda servir para afrontar todo problema humano, e igualmente los consejos finales son ideas que han surgido en este caso.
Se aceptan todos los comentarios del mundo, es un tema en el que se puede profundizar y aportar mucho.
Y por favor, quien tenga la solución a todos los problemas puede contactarme directamente por email. Gracias.
Buenos dias. Faltó hablar un poco de la alternativa de la “paciencia”. Podemos desapegarnos de las cosas para no sufrir con la frustración, pero realmente uno siempre quiere ver sus objetivos cumplidos. Naturalmente, nuestros objetivos no deben ser tan descabellados o bien depender de la voluntad (y generocidad) de alguien más, porque el asunto se vuelve más dificil y si es imposible pues ahí bien podríamos aplicar el desapego o la aceptación del hecho como tal. Bueno, aplicando la paciencia pues tenemos que nos evitamos una frustración a corto plazo y podemos aspirar con disciplina a un logro a largo plazo. La traquilidad aplicada entonces a los objetivos, una cautela emocional, para que al final en vista de errar, pues con la misma tranquilidad se deje pasar el mal trago.
esa es mi filosofía de vida :’)
no pensé que alguien más pensara algo tan similar a lo que yo pensaba
En mi opinión es prácticamente imposible encontrar una solución global para todo tipo de problemas. Unos son más graves que otros. Evidentemente, no puedes afrontar del mismo modo un cáncer que el remordimiento por haber discutido con un amigo. Son problemas de distinta gravedad que requieren soluciones y actitudes distintas.
También debemos darnos cuenta de que hay ciertas situaciones que se presentan como problemáticas para unos, mientras que no lo son para otros. Es lo que ocurre cuando el trabajo te obliga a cambiar el lugar en el que vives por otro desconocido. Hay personas que se muestran muy ilusionadas frente a este tipo de cambios, lo consideran un reto. Sin embargo, otras se sienten amenazadas en este contexto y se preguntan qué han hecho mal para merecer un castigo así. Lo ideal sería aprender de las primeras.
Así, desde mi punto de vista, que una situación se convierta en un problema depende de nuestro carácter, de nuestra forma de ser, pero especialmente de nuestras expectativas, como se comenta en este post. Cuanto más grandes sean estas o más alejadas de la realidad estén, más facilidad tendremos para hallar dificultades.
¿Qué podemos hacer entonces? Ante la imposibilidad de disponer de una solución universal ante cualquier adversidad, quizás solo podamos buscar una actitud, unas reglas de oro que nos guíen en este tipo de situaciones. En este sentido, creo que lo mejor que podemos hacer frente a cualquier problema es aceptarlo, ponernos manos a la obra para hallar una solución y ser pacientes: la desesperanza y la desesperación no valen para nada.
otro día me gustaria comentar sobvre la frustración, ahora no tengo tiempo.
capitalista dice Martín. Si, porque sueñas -soñamos- con que podemos ser los elegidos de la suerte, sabemos qeu no todos seremos ricos, pero ¿Y si lo soy yo?; queremos la diferencia desde el supuesto de que nuestro escalón pueda ser de los buñenso, peero pdoría no seer así. Rawls lo suluciona con el “velo de la ignorancia”
donde hay un espacio para un LIKE por aca?? jajaja, muchas gracias por compartir tus pensamientos.
Muchas veces la frustración nos conduce directo a la depresión, sin embargo debemos, tenemos la obligación de salir con una solución al problema, y enfrentarlos, es decir no cansarnos de buscar nuestra felicidad
Muy interesante artículo. Creo que la clave está muy relacionada con el problema del ego.
Os dejo el enlace de un blog en el que se trata un tema similar.
http://elpoderdeerosypsique.blogspot.com.es/
Un saludo.
Cuanto más quieres menos tienes. La mejor medicina para la frustración es valorar en su justa medida todo lo que tenemos. ¿Qué pasaría si empeorara tu salud, te quedaras sin amigos, sin hogar, sin tu pareja, sin tus hijos…? tesoros cotidianos que deberían hacernos explotar de alegría todos los días. Con esta premisa no nos debe dar miedo fracasar en nuestros nuevos proyectos o anhelos, siempre hay mucho que ganar y poco que perder.
Un caso a estudiar, muy a la orden del día, sería la frustración que siente una persona al ser desahuciada, justo ayer me planteaba esa pregunta antes de leer tu artículo.
Hay afirmaciones un poco falaces en tus palabras, pero hay buenas ideas 😉
No obstante hay que hablar de lo general, hay a quien le preocupan las cosas de fuera, pero puede pasar también con quien valore lo interior, elecciones, virtudes, acciones… La vida no solamente se padece.
Cuando afirmas “la ausencia del deseo de cosas nos va a ahorrar el sufrimiento de la frustración” tienes mucha razón, pero lo veo un imposible, el hombre siempre va a desear algo, está en nuestra naturaleza. Ante el peso de la frustración, cada uno que aplique su propia medicina, reforzada con virtudes interiores, tesoros cotidianos, bienes materiales… cada maestrillo tiene su librillo ;-D
No es que te busque la puntilla, pero para mi gusto haces sentencias demasiado firmes, a mi entender sin mucho argumento, al menos yo no lo veo.
Te puedo presentar por lo menos 10 personas que viven con ese tipo de desapego. No se trata de desear o no desear, por supuesto que podemos desear mil cosas aunque tratemos de no hacerlo, se trata de dominar la pasión de querer poseer.
Desde otra forma de verlo, sabemos o siempre lo que queremos. si miramos desde el fracaso y demás, sabemos que muchos de nosotros somos materialistas por una cuestión de comodidad, si me preguntan que prefiero y la verdad contesto que prefiero ser capitalista, porque así veo que mi vida se hace mas fácil, pero desde mi esencia se que no requiero eso para poder estar bien, de ahí es donde el humano siente frustración ante sus actos, no muchos al menos pueden saberlo…
si nos ponemos mal como bien decís es por actos nuestros, pero también depende de cosas que no manejamos y eso depende de que a vos seguramente te va a ir de una manera muy distinta a la mía, así y todo busquemos los mismos fines.
asi y todo como mencionas, no buscamos las respuestas a todo, porque no las tenemos al menos por ahora.
no me considero católico, budista, rastafari, pero si tengo que reconocer que hay leyes para la vida. y esas son las que trato de seguir, cuando me deja la vida.
Saludos