Esa gente de la que hablaba Weber en los albores de la sociología:
“Especialistas sin espíritu, gozadores sin corazón: estas nulidades se imaginan haber ascendido a una nueva fase de la humanidad jamás alcanzada anteriormente”
Esa gente mecanizada somos nosotros. Especialmente formados para una función específica, en una celda con nuestro nombre en la puerta. Igual que una máquina de coser, hacemos lo que debemos hacer dentro de la fábrica, en horarios y plazos concretados, y sino no funcionamos bien, así lo creen los demás y así lo creemos nosotros. No solo eso, sino que además pensamos que nunca hubo humanidad mejor.
Esa gente.
Esa gente que necesita vacaciones para compensar la frustración de su día a día e imaginarse otra vida.
Esa gente que va a los bares y discotecas a llenar sus corazones con alcohol y que prefiere llenar su cabeza con lo que salga por una pantalla.
Esa gente que critica a los que ven la tele pero curiosamente conocen los últimos anuncios y los puntos fuertes del último reality de moda, esa gente que no ve la tele, la ve solo un poquito, que se parece más a no verla que a verla.
Esa gente que prefiere una gominola con forma y sabor fresa, que una fresa.
Esa gente que ha de acudir al baño de su trabajo para sentir unos segundos de libertad.
Esa gente que come patatas fritas mientas piensa en que tiene que ponerse en forma, esa gente que va al gimnasio en coche.
Esa gente que da su vida por perdida casi al comienzo, y prefiere pensar que luego viene otra que será mejor.
Esa gente que anticapitalista, defensora del medio ambiente y contraria a la esclavitud, que tiene los últimos aparatos de moda.
Esa gente que no sabe de donde viene la comida que se lleva a la boca.
Esa gente que se ilusiona más con el proyecto de mejorar su casa que con el de mejorar sus virtudes.
Esa gente que ya no mira a los ojos.
Esa gente que se siente rara cuando tiene tiempo libre, y se siente culpable si no hay productividad en sus actos.
Esa gente que sería igual corrompible que los políticos corrompidos de los que se queja.
Esa gente que ya lo sabe todo, y cuya ansia de contar lo suyo le impide escuchar al otro
Esa gente que vive en el mundo de las apariencias.
Esa gente que tiene el saber más cerca que nunca pero le resulta menos atractivo que el ocio.
Esa gente que no sabría sobrevivir sin un sin fin de productos y servicios.
Esa gente que pese a cargar con algunas de estas cosas se creen perfectas, ya que sino se lo repiten constantemente y sino lo defienden a capa y espada no se lo van a creer ni ellos, al igual que solo aceptan su autoengaño como única forma válida de entender la felicidad, descalificando y mofándose de la de los demás por miedo.
Quizás no seamos la gente de la que hablaba Weber, quizás seamos algo que ha ido a más. Quizás ni siquiera se atreviera ponerle nombre a “esa gente”, porque simplemente se refería a “la gente”.
Sí, debemos ser sinceros y reconocer que somos esa “gente” de la que se habla en el post. ¿Culpables? La educación que hemos recibido, la cultura en que hemos crecido, el ambiente en que nos desarrollamos y vivimos y, por supuesto, nosotros, que lo permitimos.
Frente a este tema soy bastante pesimista, la verdad. Parece que con el paso del tiempo, mientras la tecnología no para de avanzar a un ritmo cada vez mayor, vivimos de una manera cada vez más artificial y menos humana.
Pero lo peor de todo no es eso. Lo peor de todo es que no podemos pararlo. No mientras sigamos desviando nuestra atención de este gran problema que supone vivir una vida que en realidad no es vida.
Deberia vivir en un mundo idealista como Kant lo propone.
esa gente somos nosotros, tanto la señora de la esquina que vende garnachas para ganar un dinero para sobrevivir, como el obrero, el operador de un micro, la prole que vive de su trabajo, y vende la fuerza de su trabajo al capitalista, todos somos gente….. asi como, los filosofos que inventan realidades para justificar el statu quo de las cosas. Pero todos comemos y todos nos vemos correteando el “bolillo”,una carrera que es todo el dia, y toda la noche, unos con trabajo y otros sin trabajo. Unos muriendo en el intento y otros que parasitan a otros para vivir, pero ahi vamos todos. todos morimos y vivimos. somos vida, somos muerte. la gente es un rio impetuoso, un caudal, una mole humana, con mucha fuerza, que en el camino unos van cayendo, otros se levantan…su destino el despeñadero, al final del camino . ..esa es la gente.
http://www.youtube.com/watch?v=qVizZwrxF8U&feature=youtube_gdata_player
http://www.pagina12.com.ar/diario/psicologia/9-196304-2012-06-16.html
¿Podría esa ‘Gente’ ser el nuevo sujeto Narcinista? Y cito:
La psicoanalista francesa Colette Soler (Los afectos lacanianos, ed. Letra Viva, 2011) propone designar al hombre de la era posmoderna con un neologismo: narcinismo. Condensación de narcisismo y cinismo. Esta nueva subjetividad es producto, según la autora, de lo que Lacan llamó su quinto discurso, el discurso capitalista. A diferencia de los otros cuatro discursos que sí generan lazo social, éste tiene la característica de deshacer el lazo social. Con esto nombra un “estado de la sociedad en que a falta de grandes causas que trasciendan al individuo, a falta de solidaridad de clase, cada quien no tiene más causa posible que sí mismo”….