Aquí os dejo el texto de guía que preparé para mi colaboración semanal con el programa Eidos, se puede descargar el podcast aquí.
Allá va:
Hay una de las grandes cuestiones en la filosofía que dice ¿quién soy “Yo”?
Parece una pregunta básica y de respuesta sencilla pero es muy difícil llegar a algo permanente y convincente, y de hecho, yo creo que hay gente que ni se lo plantea, hay gente que cada año puede estar dos meses planeando sus vacaciones pero sin embargo nunca se han planteado ni durante 5 minutos qué o quién son exactamente, creo que no es nuestro caso pero aun así vamos a ejercitar ese “Conócete a ti mismo” tan importante que Sócrates nos dejó y que creó para que alcanzaramos un auténtico estado de plenitud.
La primera pregunta que todo interesado debería hacerse es ¿Soy una cosa o soy varias? Es decir… tenemos una forma de pensar con nosotros mismos, tenemos una actitud con nuestros amigos, con nuestra familia nos ponemos una máscara diferente, con nuestra pareja otra, con un conocido actuamos de una manera, con un desconocido de otra… incluso observando a otros podemos ver como la expresión de su rostro, su tono, sus palabras cambian según varía la situación, es decir, al cabo del día vamos cambiando tanto de máscara que podemos llegar a confundirnos, o incluso a dejarnos puesta una máscara que no es la de verdad, por eso uno debería pensar cuál es su auténtica manifestación y pensar sobre ella para no perderla.
Una vez llegamos aquí tenemos podemos tener muy claro que aunque el ambiente vaya cambiando, hay algo que nunca cambia, que es lo que tenemos en el “coco”, aunque externamente nos mostremos de varias maneras, lo que crea mi identidad no cambia.
Hace poco vi un vídeo en la página TED.com, que es una Web de charlas traducidas de grandes personajes que recomiendo visitar FRECUENTEMENTE, a un filósofo británico Julian Baggini que igual conocéis por alguno de sus libros, que asegura que nuestro “Yo” no es algo real, es una ilusión que, al igual que el agua es simplemente una mezcla de dos partículas de hidrógeno y una de oxígeno, nosotros somos solamente una mezcla de nuestros RECUERDOS, EXPERIENCIAS, DESEOS y CREENCIAS, y lo que sale al mezclar todo esto es lo que somos nosotros, este hombre se llevó un gran aplauso después de decir todo esto, imagino que de gente agradecida de que viniera otro de fuera a decirles lo que son, pero yo me pregunto ¿si mis deseos y mis creencias van variando por qué me sigo sintiendo el mismo? Estando científicamente demostrado que la memoria falla, que se acuerda de lo quiere y encima mal, ¿Sería mi “Yo” algo engañoso o falso?
¿Qué pasa con la gente que al meditar deja la mente libre de recuerdos, experiencias deseos y creencias?¿Se tendría que caer al suelo inconsciente? ¿Qué pasa con el “Yo trascendental” de Kant por ejemplo, ese sujeto que viene al mundo sin contenido y que seguimos manteniendo más allá de toda experiencia empírica?
Si no nos apetece pensar podemos decir cosas como que somos el centro del universo, el sueño de dios, hijos de las estrellas, seres para la muerte, esclavos del pasado… pero aquí lo que nos importa es el yo que se piensa a si mismo, esa consciencia que observa el pensamiento y dice, pienso, luego existo.
Yo siempre digo que la filosofía es un campo muy traicionero, pues muchas veces en vez de respuestas lo que encontramos son más preguntas lo que nos plantea, ya que al ser realidades únicas, sólo nosotros podemos contestárnoslas.
Ya por último solamente repetiré ¿Cuál es tu “Yo” realmente?
No hay que confundir la identidad personal con el Yo, nada tiene que ver una cosa con otra, ya que si hubieses nacido en otro cuerpo y en otra época y lugar, seguirías siendo Tú pero con otros recuerdos y otro cuerpo etc….
El Yo es inmutable, el mismo siempre, no cambia ni muta porque eso representaría desaparecer y que apareciese otro, y créeme que lo he intentado pero no funciona, no hay manera de dejar de ser para que sea otro.
Aunque en un accidente de tráfico se te desfigurase el cuerpo y perdieses toda la memoria seguirías siendo tú.
El Yo trascendental de Kant es imprescindible para que haya experiencia sensible, pues sin yo no puede haber ello, sin mente no puede haber fenómeno mental.
El Yo es todo aquello que no es el ello, por lo tanto todo lo que podamos diferenciar, pensar y decir, sentir y notar, no es el yo sino el ello, ya que el yo es el que lo piensa, lo dice, lo siente y lo nota, lo diferencia etc….
En definitiva el Yo es el Ser, o Dios, sin el cual es imposible que haya ello.
El Yo no está ahí fuera sino que hay ahí fuera porque hay Yo que diferencia el ello de él.
Yo soy el que soy. Yahvé- o el Ser o Brahma o Dios o el ánima mundi o llámese como quiera, pero no estoy ahí fuera.